Todo el que ha sido estudiante se ha visto alguna vez obligado a memorizar grandes cantidades de texto en poco tiempo, o ha abusado del café o las bebidas energéticas para poder ir a dormir más tarde y sacrificar horas de sueño en beneficio de las de estudio. Esos problemas que ya afectan a los que son estudiantes a tiempo completo pueden empeorar ostensiblemente en el caso de estudios cursados a distancia, que hay que compaginar con otra ocupación y a los que tan solo se puede dedicar algún rato de nuestro tiempo libre. Ese es el caso de muchos estudiantes que cursan formaciones a través de la red universitaria con la que la Fundación Universitaria Iberoamericana (FUNIBER) colabora. Por esa razón, a continuación se puede encontrar una pequeña lista de consejos para poder ser más eficiente y optimizar el tiempo de estudio.
La importancia de las horas de sueño
Según numerosos estudios, dormir es muy beneficioso ya que el sueño favorece la consolidación de la memoria, del crecimiento y del aprendizaje. Pero tampoco es necesario excederse; 7 horas de sueño son las necesarias para sacar el máximo rendimiento del tiempo estudiado y obtener las mejores notas posibles, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Brigham Young, publicado en The Eastern Economic Journal. No es, por tanto, aconsejable sacrificar horas de sueño o abusar del café la noche antes de un examen o test.
Es bueno ponerse a prueba frecuentemente
La revista Science publicó hace un tiempo un estudio en el que la realización de exámenes y tests para evaluar lo aprendido podía incrementar el volumen y la capacidad de aprendizaje hasta en un 50%. Por ello, es conveniente ponerse a prueba cada poco tiempo o al final de cada unidad. Además, eso tiene un efecto psicológico muy positivo, y es que mantiene la motivación y la atención alta a lo largo de cada módulo ya que se es consciente de esa evaluación al final del mismo.
Fraccionar el tiempo de estudio
El cerebro humano puede mantener una alta intensidad solo durante cierto tiempo, que no suele superar los 20-30 minutos y el conocimiento por tanto se asimila mejor en ráfagas cortas pero más intensas que en una larga e ininterrumpida sesión.Por ello, según el libro Make it Stick: the Science of Successful Learning, publicado por la Universidad de Harvard, es aconsejable fraccionar el tiempo e incluso espaciar las sesiones; por ejemplo, es muy recomendable alternar una media de hora de estudio con 10 minutos de descanso.
Establecer una rutina de estudio
Detalle muy importante, particularmente cuando hablamos de estudiar a distancia, situación en la que la disciplina cobra mayor importancia. Es mucho más fácil para el cerebro asimilar conocimiento si abordamos las materias de manera organizada, estructurada y trabajando cada día, para evitar así prisas de última hora y estudiar hasta altas horas de la noche. Además, acostumbrarse a un horario estable evita la tendencia a saltarse sesiones de estudio.
Ser proactivo
La actitud del estudiante nunca debería ser pasiva. El proceso de estudio no puede consistir en sentarse y empezar a leer, hay que huir de la memorización literal y lineal. El estudiante debe buscar información por su cuenta, también adicional, ya que eso supone mejor preparación para preguntas abiertas. También es conveniente escribir a mano notas, esquemas y resúmenes en hojas individuales utilizando las propias palabras, y es que ser capaz de parafrasear las lecciones supone un esfuerzo activo de comprensión para el cerebro, ya que así intentamos ‘hacer nuestro’ el contenido, en esa línea funciona explicar la lección a alguien en voz alta con las propias palabras, actividad que permite reformular la lección y autoevaluarse a la vez.
Diversificar los estímulos
El cerebro reacciona a muchos estímulos diferentes y eso es una gran ventaja; usar bolígrafos, rotuladores y papeles de colores son actividades visuales que ayudan a asociar conceptos y asimilar el conocimiento. Grabarse explicando la lección en voz alta y escuchar repetidamente la grabación es una excelente herramienta que estimula el aprendizaje a través del canal auditivo.