Hace ya años que se vaticina que China será la próxima gran potencia mundial, pero son predicciones realizadas en tiempos recientes que sitúan al gigante asiático como el país dominante ya en la próxima década. Entender a China y sus complejidades ante ese hipotético cambio, y también las oportunidades que el gigante asiático y su inmenso mercado ofrecen, será muy importante para que España y los países latinoamericanos puedan elaborar las mejores estrategias y obtener el máximo beneficio de sus relaciones con el país más poblado del mundo, según afirma Carlos Marcuello.
Carlos Marcuello es director académico y profesor de la Maestría en Administración y Dirección de Empresas (MBA) que titula la Universidad Internacional Iberoamericana de México (UNINI México) y Universidad Europea del Atlántico (UNEATLÁNTICO), y de la Maestría en Negocios con China y Asia-Pacífico, que titula UNEATLANTICO ambos programas patrocinados por la Fundación Universitaria Iberoamericana (FUNIBER). Actualmente, Marcuello también es doctorando en Historia Económica por las universidades de Barcelona y Carlos III de Madrid.
¿Cuándo está pronosticado que China se convierta definitivamente en la primera potencia mundial?
China es, desde 2014, la primera economía mundial por PIB en paridad de poder adquisitivo, y desde 2008, la segunda en términos nominales. También es ya el principal actor comercial del mundo, el segundo inversor global y uno de los mayores prestamistas. Sin embargo, aunque China es ya es una superpotencia económica global, su poderío geopolítico y financiero dista mucho del que todavía dispone los Estados Unidos. En este sentido, el gigante asiático no quiere, ni puede, erigirse aún cómo líder hegemónico del mundo, pero sí es cierto que ha avanzado muchos pasos en pocos años, y que Washington observa cómo pierde poder en el mundo en favor de la creciente influencia de su rival (y socio, por otra parte).
¿A qué se debe la reducción reciente del crecimiento económico de China?
Hay dos factores principales. El primero se refiere a la consolidación y madurez de la economía, que ha crecido mucho en renta per cápita, por tanto los ratios de crecimiento son cada vez menores en cuanto China es un país cada vez más desarrollado. El segundo factor viene explicado por la estrategia del gobierno de Xi Jinping, que viene apostando hace años por diversificar las producciones y también por beneficiar el mercado interno y la inversión internacional emitida, menos por la producción y exportación de manufacturas de bajo valor añadido e inversión internacional recibida, claves de la expansión de las últimas décadas.
¿Qué sectores de la economía china van a crecer más en los próximos años?
China apuesta por sectores económicos de alto valor añadido. En este sentido, las industrias punteras, los servicios avanzados y las tecnologías de la información y la comunicación progresan a un nivel sorprendente para un país teóricamente todavía en desarrollo. El régimen está impulsando la innovación de forma muy decidida, y ello se observa en cuantiosas inversiones en educación superior, ciencia y tecnología, así como en el exponencial crecimiento del registro de patentes.
¿Cuál es la relación de China con Latinoamérica y cómo crees que va a evolucionar? ¿Y en el caso de España?
Los motivos por los cuales China invierte y comercia con América Latina y las razones por las que esta precisa de tales flujos parecen claros, si bien el fenómeno es complejo desde múltiples puntos de vista; a grandes rasgos, el gigante asiático contempla la región como proveedor estratégico de materias primas, pero también como un atractivo mercado de 600 millones de consumidores. Por su parte, los países latinoamericanos han hecho de China un socio comercial estratégico y un relevante inversor y prestamista con el objetivo de diversificar sus relaciones económicas internacionales, tradicionalmente muy determinadas por los Estados Unidos y Europa.
En el caso de España los vínculos económicos no son tan intensos como con otras potencias europeas (Alemania, Francia, Reino Unido) pero sí crecientes y prometedores. Tenemos un elevado déficit comercial con el gigante asiático pero estamos recibiendo cada vez más inversiones y turistas, lo cual ayuda a equilibrar la relación.
¿Qué sectores de las economías de Iberoamérica y española se beneficiarán más del crecimiento de China? ¿Podría haber un incremento de empleos en esos sectores?
Si los países latinoamericanos aprovechan las oportunidades que el progreso de China ofrece al mundo, podrán obtener más beneficios en ámbitos de más alto valor que el sector extractivo y primario. Es un reto complejo, pues la inercia de las últimas décadas es fuerte, pero es posible y deseable promover que China apueste por una mayor presencia económica en la industria y servicios de la región y no tanto por la energía, la minería y la agricultura como hasta ahora.
En cuanto a España, ha de incrementar y diversificar sus vínculos con China, así como corregir el citado déficit comercial. Cabe destacar que el conjunto de países latinoamericanos mantiene, sin embargo, un equilibrio comercial con el gigante asiático, excepto México, con un elevadísimo desequilibrio en su contra.
¿Cómo prepara la Maestría en Negocios con China y Asia-Pacífico a los estudiantes para ese nuevo escenario sociopolítico y económico? ¿Cuál es el principal objetivo de la Maestría?
La Maestría en Negocios con China y Asia-Pacífico que promueve FUNIBER con titulación de la Universidad Europea del Atlántico (España) es un programa riguroso e innovador, que apuesta por el conocimiento del sistema institucional, la economía y el mercado de China, así como por formar a sus alumnos en el trato y negociación con profesionales chinos. En este sentido, responde a una demanda estratégica dual: comprender China y a los chinos para aprovechar mejor las oportunidades que ofrece la presencia económica de esta potencia en nuestros respectivos países, así como saber abordar el mercado chino, un reto pendiente para la mayoría de nuestras empresas. La maestría, por otra parte, también aborda la realidad, a un nivel más general, de los países del entorno de China; Japón, Corea del Sur y el sudeste asiático en general.
¿Es posible desarrollar una estrategia latinoamericana hacia las inversiones chinas?
Es muy deseable que América Latina actúe regionalmente, para así adquirir fuerza ante una contraparte tan poderosa como China. Sin embargo, la región es un conjunto de países con muy diversos intereses. Además, destacan dos procesos de integración regional de distinto enfoque geopolítico y económico, la Alianza del Pacífico y el Mercosur. China, por su parte, mantiene vínculos, en mayor o menor medida, con todas las naciones latinas, sin condicionarse por los asuntos internos y rivalidades intrarregionales.
Sí que han surgido iniciativas multilaterales como el Foro China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), con dos cumbres organizadas en 2015 y 2018, aunque todavía queda mucho por avanzar en este sentido.
¿En qué ámbitos crees que será más importante formar profesionales para facilitar el contacto de empresas iberoamericanas con sectores de la economía china y explotar las posibilidades que ese contacto ofrece?
Las relaciones con China, aunque ya importantes y crecientes, serán más relevantes cada día, y para ello es necesario contar con profesionales cualificados que comprendan la realidad económica y cultural de la superpotencia asiática. Al mismo tiempo, hay que apostar por aquellos bienes y servicios que, de mayor o menor valor añadido, sean de interés para China, y en esto cada país tiene mucho que ofrecer, pues la demanda china seguirá creciendo y diversificándose. Asimismo, las empresas latinoamericanas y españolas tienen que apostar en mayor medida por el mercado chino, de ingentes oportunidades pero muy complejo y que precisa de inversión, tiempo y paciencia para abrirse camino.
¿Cómo aprovechar las posibilidades que el creciente turismo chino ofrece a la vez que se lleva a cabo de forma sostenible?
Es cierto que la región geográficamente más lejana de China es precisamente América Latina, pero sus atractivos culturales y naturales pueden llegar a ser un gran reclamo para el creciente colectivo de turistas internacionales chinos. América Latina y el Caribe no es todavía un destino prioritario para los chinos que quieren viajar fuera de su país, pero si se apuesta por una promoción eficaz y se atiende a estos visitantes respetando su especial idiosincrasia, el éxito está asegurado. En el caso de España, ciertos activos como la gastronomía, el fútbol y el folclore están popularizándola como destino creciente al respecto. En cualquier caso, hay que tener en cuenta el valor del turismo chino no sólo por su dimensión, sino también por la cantidad de dinero que gastan en el destino, mucho más que la media de turistas internacionales.