Mathieu Corp es Doctor en Comunicación y en Arte por la Universidad de la Sorbonne Nouvelle de París (2015).
Sus investigaciones están basadas en las relaciones el arte y la historia en la fotografía latinoamericana, y en las relaciones interculturales e inter-icónicas que las imágenes desarrollan entre ellas, desde diferentes contextos geográficos e históricos.
Como miembro del Jurado de Honor del concurso PHotoFUNIBER, Mathieu nos explica en esta entrevista su percepción sobre la formación o las aptitudes necesarias en el mundo de la fotografía, y nos ofrece su visión para comprender las imágenes.
Ahora hay fotografías por todas partes. Pero, ¿Sabemos leer imágenes y estamos preparados para comprenderlas?
Yo creo que si sabemos «leer» las imágenes, que estamos acostumbrados a entender los mensajes publicitarios por ejemplo, identificando la ironía o el doble lenguaje que suelen utilizar puesto que muchas de esas imágenes sacan sus recursos de nuestra cultural visual popular. Sin embargo, creo que a veces olvidamos considerar de forma ética la finalidad de este tipo de imágenes. En el caso de la publicidad, por ejemplo, la estética puede opacar la meta realmente perseguida por ese tipo de imágenes.
Lo que, a mi parecer, olvidamos a menudo de interrogar, es el porqué de las tendencias que definen una estética dominante. Esto requiere poder ubicar las prácticas fotográficas dentro de una historia de la imagen. Por eso me parece muy importante la enseñanza de la historia de la fotografía, y más allá, de la historia visual.
Además del premio en metálico y de la beca de estudio, ¿cuáles crees que son las ventajas para fotógrafos al participar en concursos de fotografía como PhotoFUNIBER?
Participar en concursos de fotografía como PhotoFUNIBER, exige, para todos los concursantes, una mirada reflexiva sobre su propio trabajo fotográfico, identificando coherencia, acercamientos posibles para generar una línea o varias líneas fotográficas (estéticas y/o documentales) que organizan su práctica. Se olvida a menudo que ser fotógrafo es también ser editores de imagen, puesto que no solo se exige la toma de las fotografías, sino también la organización dentro de un formato que hay que definir el relación con el planteamiento visual que se quiere desarrollar. Por consecuencia la participación a este tipo de concursos constituye para todos los participantes una oportunidad para organizar y definir más claramente su propia práctica de la fotografía.
Por fin, los ganadores adquieren más credibilidad y visibilidad ante los actores del mundo de la fotografía y de su difusión. De ese modo, pueden más fácilmente aplicar para conseguir becas o estancias de residencias para seguir desarrollando su práctica.
¿Por qué crees que es importante la formación en fotografía?
La formación en fotografía me parece importante para ubicar su propia práctica dentro de un contexto y en relación con los usos y prácticas que ya existen. La historia de la fotografía es muy rica, puesto que sus usos responden a diferentes necesidades y experimentos: Científicos, publicitarios, periodísticos, documentales, artísticos, además de que dentro de cada uno de esos ámbitos la fotografía se difunde mediante distintos formatos. Según los usos a los cuales se dedica el fotógrafo es necesario poder ubicar su propia práctica dentro de la historia de la fotografía, tomando en cuenta las experimentaciones plásticas y las diferentes estéticas que estuvieron planteadas por los profesionales y artistas de la fotografía.
Además, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, la frontera entre los distintos usos de la fotografía se ha esfumado paulatinamente, puesto que los fotógrafos y artistas retomaron formatos, estéticas y problemáticas desarrollados en otros ámbitos que el suyo. A modo de ejemplo, los usos periodísticos de la fotografía han migrado de la búsqueda del momento decisivo a una temporalidad más dilatada, con una construcción por series, dentro de lo que llamamos el documental de autor. Dentro de este contexto la formación no debe solamente incluir la historia de la fotografía sino que debe inscribirse en un estudio de la historia del arte de forma más amplia.
Por fin, me parece importante que el futuro profesional, dentro de su formación, aprenda a conocer la red de actores que fomentan y difunden la fotografía (curadores, críticos, editores), así como los lugares y eventos en los que la fotografía se vuelve pública (exposiciones en galerías, librerías especializadas, festivales, etc.). Con tal conocimiento podrá situar su propia práctica y elegir el modo de difusión de su trabajo.
Más allá de los conocimientos ¿Qué aptitudes o actitudes se requieren para ser un buen profesional de la fotografía?
Para ser un buen profesional de la fotografía se requieren tantos conocimientos técnicos como conocimientos teóricos, estéticos e históricos. Solemos representarnos el fotógrafo como una persona alerta, dispuesta a sacar su cámara y tomar fotografías en cualquier momento. Esta representación estereotipada corresponde al modelo del fotoperiodista de los años 60 o 70. Constituye para mí un espejismo ya que la imagen se construye, a menudo con antelación e investigación, respecto al contexto en el cual el fotógrafo se sitúa. La toma es solo un instante dentro de un proceso mucho más largo. Por eso para mí ser fotógrafo no requiere tener actitudes o actitudes que demuestren una disponibilidad física, salvo, quizás, en el caso de la fotografía callejera por ejemplo que exige una disponibilidad inmediata en un contexto hecho de muchos movimientos. Considero más bien que ser un buen profesional de la fotografía es saber donde uno quiere llegar, de qué recursos dispone, y donde se sitúa dentro de la historia de la imagen.